
A la infiel más infiel de las hermosas
un hombre la quería y yo la amaba;
y ella a un tiempo a los dos nos encantaba
con la miel de sus frases engañosas.
Mientras él, con sus flores venenosas,
queriéndola, su aliento empozoñaba,
yo de ella ante los pies, que idolatraba,
acabadas de abrir echaba rosas.
De su favor ya en vano el aire arrecía;
mintió a los dos, y sufrirá el castigo
que uno le da por vil, y otro por necia.
No hallará paz con él, ni bien conmigo
él que sólo la quiso, la desprecia;
yo, que tanto la amaba, la maldigo.
†→Ramón de Campoamor ←†


4 comentarios:
Bua.. me he encontrado con tu blog y me ha encantado el poema.
Seguiré pasando!
Gracias, Nadia!
Me alegra que te haya gustado el blog. No es la gran cosa, como te habrás dado cuenta, pero poco
es mejor que nada.
Saludos!
Bellísimo soneto. Es de Campoamor, dices. No lo conocía. Gracias.
Gracias a tí, Antonio, por pasar
y dedicarle tu mirada al blog.
Y si, Ramón de Campoamor, tiene
buenos escritos.
Saludos!
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