18/4/11

†→El Vampiro←†



Por el día duermes y te hundes en una
inmensa oscuridad que te abrasa entre
el frío y el olvido donde tu pálida
existencia reposa, en esa triste y sola
eternidad. Por las noches vives para
alimentar y calmar los deseos malditos de
tu sed, y le muestras tu hambre al placer
oscuro, a la delicia de la sangre.

Tu palidez asusta y enamora, tu apariencia
es única y cautivadora. Con tu fúnebre
presencia haces de la noche un misterio
en la existencia, la oscuridad se torna
diferente ante tu presa, menos ante ti.
El miedo fluye de tus víctimas, víctimas
de tu ensangrentada sed de vivir.

Tus colmillos blancos tan filosos como
espadas... se clavan suavemente en esa
fuente que abres lentamente, causando
un placentero dolor y una eterna y congelada
muerte. Tus ojos brillan en el fondo de un
océano de sombras, océano de infinita oscuridad,
donde solo tus ojos pueden ver con claridad.

Has vivido por siglos condenado a la soledad,
condenado al olvido y a una fría inmortalidad.
Solitario te refugias entre sombras, lloras
tu desdicha y lloras la miserable e inmortal
vida que te a tocado llevar. Y encadenado a tu
destino sangriento vas, recorriendo las Venas
del mundo, encadenado a esa sed maldita, que
mientras existas... siempre tendrás.







†→H4D3S←†

2 comentarios:

Anónimo dijo...

encantador poema, siento lastima por el maldito vampiro,desdichada su vida. muy bueno!!

-AKA- Anonimato. :P

†→H4D3S←† dijo...

Gracias, Elena!